Hay hemorragias por orificios naturales del cuerpo, este el caso de la otorragia, una salida de sangre (hemorragia) por el oído.
Generalmente es producida por una perforación de la membrana timpánica y aunque normalmente suele ser leve, cuando es constante se puede sospechar la presencia de una fractura craneal.
El sangrado del oído también puede deberse a una lesión, cáncer o un objeto extraño en el conducto auditivo externo.
A diferencia de otros tipos de hemorragia, esta es la única que nunca debemos intentar detener, porque conlleva el riesgo de una hipertensión intracraneal.
Primeros Auxilios:
- No taponar el oído NUNCA. Protegerlo cubriéndolo con una gasa (un apósito estéril) para disminuir al máximo el riesgo de infección.
- Colocar a la persona con la cabeza inclinada hacia el lado que sangra y con almohadillado bajo la cabeza.
- Ante la posibilidad de que la otorragia se deba a un traumatismo craneoencefálico, la víctima debe ser movilizada lo menos posible en posición lateral de seguridad sobre el oído sangrante, con mucho cuidado, para evitar o agravar lesiones en la médula ósea.
- La otorragia no es un proceso menor y quien la padece requiere ser trasladada de inmediato a un centro médico.
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