Un estudio sugiere que los defectos de espermatozoides que han sido causados por la exposición a toxinas ambientales pueden transmitirse de generación en generación.
Según los científicos, los padres que fuman y beben deberían estar conscientes de que no sólo se están provocando potenciales daños a sí mismos, sino también a sus hijos.
Unas pruebas efectuadas con ratas mostraron que los daños generados por la exposición a sustancias químicas utilizadas en jardinería se manifestaban hasta en cuatro generaciones posteriores.
El estudio fue presentado en las Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia.
De la investigación se desprende que la salud de un padre desempeña un rol más importante de lo que se tenía pensado en la salud de las futuras generaciones.
Las pruebas
El equipo de la Universidad de Idaho hizo unas pruebas con una sustancia química fungicida llamada vinclozolina que provoca alteraciones en las hormonas de las ratas.
Se comprobó que la sustancia generó modificaciones en los genes de los espermatozoides, entre los que se incluyó varios asociados con el cáncer de próstata.
Las ratas expuestas al fungicida mostraron señales de daños y crecimiento excesivo de la próstata, infertilidad y problemas renales.
Los defectos también estuvieron presentes en animales de cuarta generación.
Los científicos admitieron que las ratas estuvieron expuestas a muy altos niveles de vinclozolina.
En principio
Sin embargo, los investigadores argumentaron que su trabajo mostró que las toxinas causan defectos en las generaciones que pueden pasarse de generación en generación.
La profesora Cynthia Daniels, de la Universidad de Rutgers en Nueva Jersey, ha escrito varios libres sobre reproducción masculina y femenina.
Según Daniels se ha mostrado que los hombres que consumen mucho alcohol tienen un índice más alto de defectos en los espermatozoides, añadiendo que la nicotina del tabaco llega hasta el fluido seminal y la sangre.
"Necesitamos abrir bien los ojos y mirar las pruebas", sostuvo Daniels.
"Mi consejo para las parejas jóvenes es la moderación. Las sustancias que tienen efecto sobre la reproducción muchas veces también son cancerígenas".
"Si yo fuese un joven, no bebería en grandes cantidades ni me fumaría dos paquetes de cigarrillos al día mientras intento concebir un hijo".
Por su parte el profesor Neil McClure, un experto en fertilidad de la Universidad de Queens en Belfast, Irlanda del Norte, señaló que el ADN de los espermatozoides estaba más herméticamente compacto que en otras células y, por lo tanto, hasta cierto punto estaba más protegido de daños.
Sin embargo, añadió que una vez que el ADN estaba dañado, no tenía ningún mecanismo de reparación.
"No hay duda que fumar como una chimenea o beber grandes cantidades de alcohol provocará daños en los espermatozoides y probablemente en el ADN de los espermatozoides".
"Mi consejo a todo hombre que quiera tener un bebé sería que lleven un estilo de vida tan saludable como sea posible".
Fuente: BBC
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