El abadejo (Pollachius pollachius) es un pez teleósteo marino de la familia de los gádidos. Es similar al bacalao y mide entre 7 y 8 dm, aunque puede alcanzar los 12 dm y llegar a pesar 10 kg. Tiene el vientre claro y el dorso verde olivaceo con tonalidades pardas. Es habitual en el golfo de Vizcaya y, en general, en todo el Atlántico norte y oriental.
Características
El cuerpo es bastante esbelto y está recubierto de pequeñas escamas cicloides y la boca está provista de agudos dientes. Carece de la barbilla sobre la mandíbula característica de algunos gálidos como el bacalao común (gadus morhua). La mandíbula del abadejo es bastante prominente. Tiene tres aletas dorsales claramente separadas, dos anales, la primera de ellas ancha, pequeñas aletas ventrales anteriormente insertas en las pectorales y una aleta caudal bien desarrollada y ligeramente hundida en el borde posterior. Es un pez magro (1% de lípidos) puede vivir hasta 10 años, en aguas frias se han encontrado peces hasta de 125 cm de talla. Suelen encontrarse en pequeños grupos a lo largo de la costa, sobre todo en ambientes rocosos. Se alimentan de pequeños peces y crustáceos.
Explotación
Es vendido en trozos, rodajas, filetes o entero. Su similutud con el bacalo hace que muchas veces sea vendido como tal, incluso en ciertas zonas el nombre de abadejo es considerado sinónimo de bacalao. En los países nórdicos se le somete a un proceso de secado, al igual que a otro pez similar de la misma familia, el carbonero; en ambos casos reciben el nombre de klippfisch. Este pez es bastante apreciado en los mares de Argentina, a causa de su exquisita carne, porque no tiene escamas. Su cuero es suave, lo cual permite una excelente cocción. Tiene pocas espinas, muy fáciles de eliminar. Su carne blanca, de sabor suave, es muy apreciada por los cocineros. Se adapta a cualquier tipo de cocción: hervido, asado, a la parrilla, etc. Se pesca con jábega y con sedal.
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