La estructura inusual del oído y las llamadas agudas son probablemente una adaptación evolutiva al entorno ruidoso. Las cascadas y las corrientes producen un ruido constante que se mantiene en un rango de frecuencias más bajas que las utilizadas por las ranas.
En anteriores experimentos de laboratorio, se comprobó que las ranas pueden escuchar la mayoría de las frecuencias audibles y ultrasónicas emitidas por otras ranas O. tormota. Los únicos otros animales que se sabe que utilizan la comunicación ultrasónica son los murciélagos, los delfines, las ballenas y algunos insectos
El nuevo análisis, dirigido por Albert Feng, profesor de fisiología molecular e integrativa de la Universidad de Illinois, Jun-Xian Shen del Instituto de Biofísica de la Academia de Ciencias de China, y Peter Narins de la Universidad de California en Los Ángeles, reveló que la rana hembra O. tormota también emite una llamada que abarca frecuencias audibles y ultrasónicas.
El entorno de la O. tormota. (Foto: Albert Feng) |
Los machos de O. tormota expuestos a cantos grabados de hembras fueron muy receptivos, croando por lo general después de una fracción de segundo.
En el laboratorio, la conducta más típica de los machos era croar y acto seguido saltar directamente hacia la fuente de la llamada femenina. Su habilidad para dirigirse hacia el sonido de la llamada fue asombrosamente precisa. Un macho típico puede saltar en dirección al sonido con una precisión de más del 99 por ciento.
Una habilidad para localizar sonidos con precisión similar sólo se conoce en los elefantes, los humanos, las lechuzas y los delfines. La pequeña distancia entre los dos oídos de las ranas (cerca de un centímetro) hace mucho más impresionante su habilidad para localizar el sonido.
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