Los mares alemanes son ya parques de molinos de viento, por lo menos en la mente de entusiastas de esta alternativa energética. Una nueva técnica de torres flotantes revolucionaría el uso de la energía eólica.
Alemania tendrá unos 30 inmensos parques eólicos en altamar en 2030. Esta es la ambiciosa meta del Gobierno alemán, anunciada por el ministro de Obras Públicas, el socialdemócrata Wolfgang Tiefensee. La idea es que Alemania reduzca su dependencia del gas y el petróleo extranjeros.
Una nueva técnica que mantiene en pie las torres de los molinos de viento en pleno mar podría masificar su implementación que es, a menudo, criticada por el ruido y la cercanía a costas y playas, constituyéndose en otro factor de contaminación visual y sonora del paisaje.
Molinos de viento lejos de costas y playas
El primer parque eólico alemán “offshore”, funciona desde 2001. Dicha estación de molinos de viento se ubica empero muy cerca de las playas, debido a que las torres tienen que ser ancladas en el fondo marino. La nueva técnica de “torres flotantes“ permitiría ahora ampliar significativamente la instalación de muchas más y más grandes estaciones en altamar.
El profesor Finn Gunnar Nielsen, de la empresa noruega Statoil-Hydro, presentó en Bremenhaven, en donde tiene lugar por estos días el congreso “Intensidad de viento 8”, sobre energía eólica, la novedosa idea de los molinos de viento flotantes. Nielsen no sabe mucho sobre generación de energía, pero sí es ingeniero de plataformas marinas para la extracción de petróleo y gas, lo que lo convierte en “un experto en operaciones en altamar con material pesado”, como dijo a la radio alemana Deutschlandfunk.
Altamar: duras condiciones atmosféricas y marinas
Las condiciones atmosféricas y la profundidad de las aguas lejos de las costas son incomparablemente difíciles. Y justamente allí, el mencionado consorcio noruego quiere aprovechar su experiencia para utilizar el viento en altamar. Allá en donde el mar es tan profundo que sería impracticable “sembrar” molinos de viento.
“La torre que sostiene el molino de viento flota sobre el agua en posición vertical. La torre se asemeja a una delgada botella de unos 100 metros de longitud sumergida en el agua y que es cada vez más delgada en la parte que sale del agua. Por lo demás, estos molinos son como cualquier otro, con un rotor e inmensas aspas”, explica Nielsen.
Una taza imposible de volcar
El cilindro, como se le llama a la torre que sostiene el molino, está lleno de material pesado por debajo del nivel del mar, mientras por encima de él está lleno de aire que sirve como motor. El principio es comparable con el de una taza redonda que baila sobre plato pero que no cae porque el impulso propio siempre la mantiene en pie, a pesar de que tambalé.
“Manteniendo el centro de gravedad bien bajo y el centro de flotabilidad bien alto se logra una combinación que resulta en la estabilidad”, agrega Nielsen. El punto de gravedad de la torre está ubicado muy cerca de su base mientras el centro de impulso se ubica unos 100 metros arriba. Unas características que convierten a la torre en prácticamente imposible de derribar, así el oleaje sea muy fuerte.
Talleres eólicos en fiordos noruegos
“Este tipo de molinos de viento se pueden armar en tierra y son fácilmente transportables”, asegura Nielsen. El problema es que la “quilla”, o la parte sumergida en el agua, tienen 100 metros de longitud, y es difícil encontrar puertos en aguas de tal profundidad. Por eso Nielsen recomienda realizar esos trabajos en los fiordos noruegos.
Otros molinos de viento, como uno desarrollado por la empresa holandesa Blue H, tienen características semejantes, pero serían menos estable que el prototipo noruego.
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