Incluso, dicen los científicos, los parques chicos en el corazón de la ciudad pueden protegernos de enfermedades coronarias, porque contribuyen a reducir el estrés y a estimularnos a hacer ejercicio.
El estudio, publicado en la revista especializada The Lancet, comparó información sobre cientos de miles de muertes y las contrastó tomando en cuenta los espacios verdes que existían en diferentes zonas.
Los municipios deben incorporar más parques para mejorar el estado de salud de los habitantes de las ciudades, recomendó el informe.
En todo el Reino Unido hay desigualdades en términos de salud relacionadas con el nivel de ingresos y pobreza, categorías que se ven reflejadas en los distintos estilos de vida, en la dieta y -en algunos casos- en el acceso a la salud.
Esto significa que la gente que vive en zonas pobres es más proclive a estar menos saludable y morir -por ende- más temprano.
Sin embargo, los científicos descubrieron que vivir cerca de un parque o un bosque reduce estas diferencias, más allá de la clase social.
Cuando se analizaron los récords de más de 360.000 personas fallecidas entre 2001 y 2005, se hizo evidente que incluso los espacios verdes diminutos producían una diferencia considerable en cuanto al riesgo de sufrir enfermedades fatales.
Más verde
El cambio fue más marcado en el área de enfermedades coronarias, lo cual hace pensar que la presencia de espacios verdes actúa como estímulo para que la gente haga más ejercicio.
Las implicaciones de este estudio son claras, los entornos que promueven el bienestar pueden llegar a ser cruciales en la lucha por reducir las desigualdades Estudio publicado en The Lancet |
"Las implicaciones de este estudio son claras, los entornos que promueven el bienestar pueden llegar a ser cruciales en la lucha por reducir las desigualdades", dice el estudio.
Ambos investigadores urgieron a las autoridades a crear más espacios verdes para mejorar la salud y promover el bienestar de la población.
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