jueves, 5 de junio de 2008

Aerofobia // Psicologia hoy

Con este interesante reportaje le damos inicio a la sección de la actualidad en la psicología

Si el miedo a volar le aterroriza, no es el único. Varios estudios sugieren que solamente el 6% de las personas se sienten totalmente confortables volando y que muchos ciudadanos evitamos totalmente los aviones. Para muchos, los costes no tan ocultos de negarse a volar incluyen tener que cancelar unas vacaciones, tener que rechazar un puesto de trabajo o una promoción, perderse bodas u otras celebraciones familiares, y el empeoramiento e incluso ruptura de algunas relaciones.

Es evidente que el miedo a volar o aviofobia no es igual en todas las personas que lo padecen; hay personas que solamente se sienten un poco nerviosas cuando van a tomar un avión, y otras que sienten un terrible pánico sólo en pensar que dentro de un mes van a tener que volar, y están todo ese tiempo casi sin dormir, y si se montan en un avión, o se toman potentes sedantes, o se emborrachan como cubas para no "enterarse". Desde las personas que sólo sienten un ligero nerviosismo cuando el avión comienza a remontar el vuelo, hasta las que sufren ataques de pánico sólo cuando se enteran de que tienen que viajar en avión dentro de un mes, existe toda una escala de miedos; evidentemente, cuanto más pequeño sea el miedo, más fácil es de erradicar, y de hecho, es un gran avance que una persona que tiene pánico lo pueda reducir a un simple nerviosismo. Lo curioso del miedo es que, mentalmente, tiene un patrón muy parecido a la excitación, de tal forma que MUCHA GENTE QUE SUPERARON EL MIEDO A VOLAR, AHORA LES ENCANTA Y LES EXCITA. También ocurre que muchas de las cosas que de pequeños nos asustaban, es posible que actualmente nos diviertan, tales como películas de miedo o de suspense, o ir en una montaña rusa, o tirarse por un tobogán en un parque acuático, etc. El miedo se transforma en excitación agradable, siempre y cuando se pueda superar, o mejor dicho, transcender.

A pesar de que el avión es el medio de transporte más seguro y eficaz, el sueño de volar es para mucha gente una horrible pesadilla. Aunque muchos de aquellos que sienten auténtico pánico ante la sola idea de tener que hacer un viaje en avión, no sienten el más mínimo temor a ir por una autopista a 180 Kilómetros por hora, o conducir con unas cuantas copas de más.

Pero este razonamiento no les sirve de nada a los que tienen miedo a volar, ya que los miedos no se curan con argumentos racionales. Como dijo alguien: "Cuando la lógica y la imaginación entran en conflicto, la imaginación siempre vence".

Hace 2.000 años, el filósofo griego Epicteto decía que "las cosas por sí mismas no atemorizan a las personas, pero sí la idea que se hacen de ellas".

Consejos Prácticos para Volar Mejor

Los días previos al vuelo:

  • Intentar caminar 30 minutos diarios, aumentar las horas de sueño, disminuir los cigarrillos, el café, el alcohol, etc.
  • Dejar libres las 24 horas previas al vuelo, con el equipaje listo.
  • Si es posible, tomar un masaje con un baño de inmersión el día del vuelo. El objetivo principal es llegar descansado al avión.
  • Comer hidratos de carbono -pastas, pizza, arroz, dulces, tres horas antes de volar, y caramelos durante el vuelo (estimulan el sueño y calman la ansiedad).
  • Comer poco en el avión y tomar sólo una copa de alcohol (el exceso prolonga el jet-lag).
  • Tomar un vaso de agua por cada hora de vuelo (por el aire seco de la cabina y para diluir la adrenalina circulante en sangre).
  • Tomar una aspirina cada 12 horas. Si existen antecedentes de gastritis, tomar aspirina con protección gástrica. Previene el famoso Síndrome de la Clase Turista (trombosis en los miembros inferiores).
  • Mover la piernas e intentar elongar durante el vuelo (por la congestión venosa debido a la falta de espacio y la presurización de la cabina).
  • Quitarse los lentes de contacto o colocarse lágrimas artificiales. No usar maquillaje (las auxiliares suelen usar maquillaje para climas desérticos).
  • Escuchar música "tranquila" de los canales de audio (la música clásica y la new age tienden a nivelar la actividad eléctrica cerebral).
  • Proveerse de la mejor distracción posible (libros de chistes, revistas con fotos, palabras cruzadas, manualidades, etc.).
  • Utilizar ropa cómoda y de algodón. Zapatos sin tacón, acordonados y con suela de goma o zapatillas.
  • Ir al baño antes de abordar el avión (pueden tardar más de media hora en permitir desabrocharse los cinturones).
  • Dejar bajo el asiento un bolso blando, pequeño con todo lo necesario (incluir una linterna pequeña para la noche, chicles para destapar los oídos, perfume, como distractivo, papel para escribir, una botella de agua, antifaz para cubrirse los ojos, cuello inflable, etc.).
  • Con turbulencia, colóquese la almohada, la manta o un abrigo doblado sobre el abdomen y ajústese fuertemente el cinturón de seguridad, a la manera de una faja que le sujete las vísceras, para disminuir de esa forma la sensación desagradable de los movimientos gravitatorios y antigravitatorios. Recuerde que "LA TURBULENCIA ES SÓLO INCOMODIDAD. NO REVISTE NINGÚN PELIGRO PARA USTED O EL AVIÓN".
  • La fila de emergencia es la más cómoda. Conviene sentarse del ala hacia delante, donde los movimientos y los ruidos son un poco menores.
  • Si se encuentra ansioso, llame a la auxiliar, comunique su situación y que puede requerirla para pedir ayuda o información.
  • Si algún ruido o maniobra lo sorprende, pregunte.
  • FRENTE A LA ANSIEDAD, NO SE OLVIDE DE RECURRIR A:
    LA RESPIRACIÓN CONTROLADA: cuente sus respiraciones, intente enlentecer el ritmo, haga pausas entre inspiración y espiración, es importante que el tiempo de salida del aire sea mayor que el de entrada. La respiración debe ser abdominal y costal superior.
    EJERCICIOS DE RELAJACIÓN: observe dónde está colocando tensión muscular e intente relajarse al espirar. Puede aumentar voluntariamente la contracción para luego relajar lo mas posible.
    VISUALIZACIONES: convoque escenas del lugar mas lindo que recuerde. Imagine un refugio y entre en él.
  • Medicación (previa consulta con su médico):
    Se recomiendan el grupo de las Benzodiazepinas de Alta Potencia, especialmente el Clonazepan y el Alprazolam.
    En casos severos, los psiquiatras recomiendan utilizar el grupo de los Inhibidores Selectivos de Recaptación de Serotonina (ISRS), especialmente la sertralina, el citalopram, la paroxetina y la fluoxetina.
    También se está utilizando con éxito la venlafaxina.

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