Un pulpo gigante del Pacífico bautizado con el nombre de Mavis ha ayudado a los científicos a hacer un descubrimiento inesperado: el cefalópodo tiene seis brazos y dos patas.
Hasta ahora se creía que los tentáculos de ese animal marino estaban distribuidos en dos grupos de cuatro: uno para la propulsión y el otro para la manipulación de objetos.
Mediante un proyecto de investigación llevado a cabo en veinte centros de toda Europa se trató de determinar si los pulpos favorecían uno de los dos grupos frente al otro, como las personas, o eran por el contrario multidiestros.
Para hacer esa averiguación se colocaron en los tanques en los que se conservaban los pulpos distintos juguetes, entre ellos un ejemplar del "cubo mágico" de Rubik.
Según Claire Little, que dirigió la investigación en uno de esos centros, el de Weymouth, en el condado inglés de Dorset, donde se concibió ese proyecto científico, se ha descubierto que los pulpos tienen dos patas claramente diferenciadas de los seis brazos."Se creía hasta ahora que utilizaban cuatro tentáculos para moverse y los otros cuatro para alimentarse y manipular los objetos, pero nuestras observaciones indican que utilizan los dos tentáculos posteriores para moverse por las rocas y el fondo marino" , afirma la científica, citada por el diario "The Times" .
Mavis, un pulpo gigante del Pacífico cuyos tentáculos miden medio metros, puede, valiéndose de sus ventosas, abrir fácilmente cualquier molusco pero es capaz también de manipular objetos pequeños como el cubo de Rubik aunque no se sabe que, pese a su inteligencia, haya conseguido resolver ese rompecabezas.
Durante el estudio, los científicos descubrieron que cuando los pulpos se meten en una maraña, utilizan su tercer par de tentáculos para intentar salir.
Lo realmente sorprendente fue la frecuencia con la que esos animales recurrían a esos tentáculos situados a cada lado.
Aunque los utilizaban bastante menos que los dos primeros tentáculos, era más de lo que esperaban los expertos."Más de la mitad de los pulpos estudiados no favorecían los tentáculos de la derecha o la izquierda. El resto estaba dividido entre los que preferían utilizar los de la derecha y los que favorecían, por el contrario, los tentáculos de la izquierda" , explica la investigadora.
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