jueves, 28 de agosto de 2008

La buena salud depende mucho de la sociedad y no tanto de los genes

Los factores sociales, más que los genéticos, son los responsables de las enormes diferencias en la salud y expectativa de vida en todo el mundo.

Mujeres embarazadas
Las circunstancias sociales en las que nace un niño serán la clave de su salud.
Esa es la conclusión de un informe llevado a cabo por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre los factores determinantes de la salud.

Tal como señala el documento "la injusticia social está matando a gente a gran escala".

Por ejemplo, afirma, un niño que vive en un suburbio desaventajado de Glasgow, Escocia, vivirá en promedio 28 años menos que un niño que vive en un suburbio vecino, pero afluente, de la misma ciudad.

Es sabido que la riqueza de un país es un factor muy importante para determinar la salud y expectativa de vida de la población.

Pero lo que no se sabe es porqué existen discrepancias como las del ejemplo de Glasgow.

Es decir, ¿por qué algunos países pobres tienen estándares de salud más altos que algunos países ricos? O ¿por qué gente en distintas regiones del mismo país pueden tener perfiles de salud tan distintos?

Inequidades

El informe, realizado durante tres años, fue llevado a cabo por un panel de expertos que forman la Comisión de Determinantes Sociales de Salud de la OMS.

"India y Sri Lanka son naciones de bajos ingresos y a pesar de esto tienen estándares de salud notablemente buenos", le dijo a la BBC Michael Marmot, presidente de la Comisión.

La combinación tóxica de malas políticas y mala economía es, en gran medida, responsable del hecho de que la mayoría de la gente en el mundo no pueda gozar de la buena salud que le es biológicamente posible
Michael Marmot, OMS
"Por ejemplo, la salud en Sri Lanka es considerablemente mejor que la salud de los rusos, y esto a pesar de que Rusia tienen ingresos mucho más altos que Sri Lanka".

Las diferencias no sólo son entre países, sino también dentro de los países, dice la OMS.

Por ejemplo, en Londres, la expectativa de vida en el afluente suburbio de Hampstead es 11 años mayor que en el vecino suburbio de St Pancras.

El informe también muestra que una niña en el Lesotho, África, vivirá en promedio 42 años, mientras que una niña en Japón, llegará a los 83 años.

En general, afirma el estudio, en casi todos los países, las circunstancias socioeconómicas en la que nace una persona serán equiparables a sus niveles de salud.

Las diferencias son tan marcadas, agrega, que ni la genética y ni la biología pueden explicarlas.

Combinación tóxica

La OMS afirma que "la combinación tóxica de malas políticas y mala economía es, en gran medida, responsable del hecho de que la mayoría de la gente en el mundo no pueda gozar de la buena salud que le es biológicamente posible".

Mujer peruana y su hijo
Las desigualdades de salud se dan tanto entre países como dentro de éstos.
Es necesario, dice el documento que los gobiernos analicen el impacto que sus políticas están teniendo en la salud de sus habitantes.

"Hay ejemplos de países donde las desigualdades de salud se han reducido -dice Michael Marmot- pero en muchos casos, hemos visto una profundización de estas desigualdades".

Es por eso, agrega, que si no se toman medidas ahora la injusticia y desigualdad seguirá aumentando en el mundo.

"El mensaje principal de nuestro informe es que las circunstancias en que la gente nace, crece, vive, trabaja y envejece tienen un impacto enorme en su salud", afirma Michael Marmot.

Agrega que "confiamos demasiado en la intervención médica como forma de aumentar nuestras expectativas de vida".

"Pero una forma más efectiva para lograr vivir más sería que la salud y la igualdad sanitaria fueran los indicadores del desempeño de un gobierno".

La clave está en la educación, el acceso a viviendas, el control del consumo de alimentos chatarra y la protección de la seguridad social, dice el experto.

"La gente necesita tener la oportunidad y la posibilidad de tomar el control de su vida, pero para lograrlo es necesario que las condiciones en que vive sean las correctas", concluye Michael Marmot.

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