lunes, 5 de mayo de 2008

Dos caras

La llaman la bebé milagro. Apenas tiene un mes de nacida pero la pequeña Lali vino al mundo con una rara condición y por ello tiene dos caras.

A esta condición se le conoce como duplicación craneofacial y por ello tiene dos pares de ojos, dos narices y dos labios.

En la aldea donde nació, cerca de la ciudad de Delhi, su condición la ha convertido en un objeto de fascinación y de reverencia.

"Bendecida"

"La primera vez que la ví me asusté, es natural", me dice Vinod Singh, su padre.

"Pero ahora me siento bendecido", añade.

Los doctores le han dicho que a pesar de tener dos caras, Lali es una niña saludable.

Sushma, la mamá de Lali
Incluso se ha hablado de construir un templo en honor de Lali.
La bebé puede tomar leche por cualquiera de las dos bocas y respira normalmente.

Singh es un humilde agricultor. En su casa de ladrillo y barro ubicada en una estrecha y polvorienta calle, un vecino le aplica una fresca capa de pintura a la puerta principal.

Adentro, Vinod Singh se ve rodeado por algunos aldeanos. Algunos están sentados sobre robustos catres de yute, otros fuman pipas.

Durante los últimos días, la gente se ha congregado para ver a su hija.

Algunos de ellos le traen ofrendas de dinero porque creen que Lali tiene poderes especiales.

"Cuando ves algo que no es natural, sólo puede ser un milagro de dios", expresa Jatinder Nagar, un vecino que funge como guía turístico.

"Es algo tan mágico que nosotros creemos que ella es una diosa y la consideramos como tal", agregó.

Incómodo

Ballabh Saini, de 88 años, es la abuela de Lali y en el lugar se la considera una sabia.

Vinod Singh
El padre de Lali quiere más privacidad.
Pero, incluso ella, inclina su cabeza en reverencia.

"Ella nos ha traído fama y está bendecida", me dice refiriéndose a su nieta.

"Mucha gente ha venido a verla, han viajado largas distancias en automóviles, motocicletas y carretas empujadas por caballos".

Pero con toda esta situación, Vinod Singh se siente cada vez más incómodo y enfadado.

"Ella es mi hija. No quiero más de esto. Estoy muy molesto", afirma Singh y alza sus manos en señal de desesperación.

Pero él enfrenta siglos de superstición.

Ante algo que los aldeanos no pueden comprender, creen que ella es la reencarnación de una diosa hindú.

Incluso existen conversaciones sobre la construcción de un templo en su honor.

Los doctores en Nueva Delhi dicen que no existe posibilidad alguna de poder separar su cabeza.

Sin embargo, los galenos quieren hacerle más éxamenes médicos para determinar si los órganos internos de Lali funcionan normalmente.

Pero sus padres no lo permitirán. "¿Para qué? Hasta donde sabemos ella es una bebé como cualquier otra", señala Vinod Singh.

"Lo único que queremos es poder disfrutar y pasar momentos con nuestra primogénita", concluye.

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