viernes, 15 de febrero de 2008

Herencia

Un individuo pertenece a una especie determinada porque presenta rasgos que son comunes a los de esa especie. Tales rasgos pueden referirse a:

Características físicas: como color y grosor del pelo, forma y color de los ojos, talla, peso, etc.

Comportamiento: como agresividad, inteligencia, pautas sexuales.

Fisiología: como la presencia de ciertas hormonas y enzimas.

Estos rasgos distintivos y comunes para todos los individuos de la misma especie se denominan caracteres, y se heredan de los padres mediante la reproducción. Para que un carácter se herede es necesario que esté codificado en los genes, segmentos del material hereditario (DNA) que están en los cromosomas del núcleo celular. Cada carácter suele presentar dos o más formas diferentes. A cada uno de los aspectos o manifestaciones concretas de un carácter se le denomina fenotipo, que corresponde a las características que podemos ver o detectar con nuestros sentidos en un individuo determinado. Sin embargo, el fenotipo no corresponde íntegramente a la información codificada en un gen, sino que es el resultado de la interacción con otros genes y a menudo es afectado e incluso determinado por el ambiente (aunque las influencias externas ambientales no son heredables, es decir, no se transmiten a la descendencia) (Fig. 9).

Determinantes del fenotipo

Fig. 9: Determinantes del fenotipo

En las especies diploides cada cadena de DNA está duplicada, una copia es heredada del padre y otra de la madre (cromosomas homólogos), y cada gen está también dos veces, uno en cada cadena, por lo que realmente cada carácter está determinado por la acción de dos alelos. Cuando los dos alelos de un par son iguales, o sea, codifican para la misma información (solo ojos claros), al individuo se le denomina homocigoto. Si cada alelo del par codifica para una característica diferente (ojos claros y ojos oscuros) hablamos de individuos heterocigotos o híbridos.

Existen distintos tipos de herencia dependiendo de la predominancia fenotípica de los alelos.

En el caso de la herencia dominante, uno de los alelos tiene más fuerza para manifestarse que el otro; al más fuerte se le denomina alelo dominante (representado por una letra mayúscula) y al más débil alelo recesivo (representado por una letra minúscula), de manera que, cuando están juntos el dominante y el recesivo, el dominante se manifiesta mientras que el recesivo queda oculto.

En el caso de la herencia intermedia, ambos alelos de un gen tienen la misma fuerza para manifestarse, por lo que ninguno domina sobre el otro (alelos codominantes). En este caso, aparece un nuevo fenotipo que es intermedio entre los otros. Gráficamente ambos alelos se nombran con letras mayúsculas.

Herencia mendeliana

Mendel realizó varios experimentos que consistieron en cruzar entre sí diferentes variedades de plantas y estudiar su descendencia. A través del estudio de estos cruces, Mendel quería determinar si existían regularidades o reglas en la transmisión de los caracteres de una generación a otra. Para llevar a cabo esta investigación, utilizó la arveja por la facilidad de su cultivo, su corto período de desarrollo y la facilidad con que se pueden ver las características.

Para empezar, Mendel realizó sucesivos cruces y obtuvo lo que él llamó "razas puras", que correspondían a plantas que, al cruzarlas entre sí, solo daban plantas iguales que los padres. A estos individuos genéticamente iguales se les denominó generación parental.

El segundo paso consistía en cruzar dos razas puras de semillas con distinto fenotipo, obteniendo en la 1a generación filial (F1) el 100% de plantas con el fenotipo dominante (Fig. 10).

El tercer paso fue cruzar entre sí plantas de la generación F1, es decir cruzó híbridos (heterocigotos), volviendo a obtener de nuevo los fenotipos de la generación parental, aunque en diferentes proporciones (Fig. 10).

A partir de estos experimentos Mendel pensaba que, al cruzarse los padres, había algo que pasaba a los descendientes para que tuvieran las semillas de cierto color, y a eso lo llamaba "factores hereditarios". Suponía, además, que los factores hereditarios debían ser dos, ya que uno venía de la planta padre y otro de la planta madre. Hoy en día, nosotros llamamos alelos a los factores hereditarios.

Resultados para los cruces sucesivos de arvejas

Resultados para los cruces sucesivos de arvejas

Fig. 10: a) Resultados para los cruces sucesivos de arvejas partiendo de características puras. b) Interpretación de los cruces realizados en a) en base a segregación de alelos

A partir de los resultados obtenidos de los cruces en arvejas, se obtuvieron los siguientes postulados:

1ª ley de Mendel o ley de la segregación (separación de factores): Al cruzar entre sí dos heterocigotos, los factores hereditarios (alelos) de cada individuo se separan, ya que son independientes. Los pares de factores o genes se separan durante la meiosis, por lo cual cada gameto recibe solamente un miembro de cada par.

2ª ley de Mendel o ley de asociación independiente de factores: Al cruzar entre sí dos dihíbridos los caracteres hereditarios se separan, puesto que son independientes, y se combinan entre sí de todas las formas posibles. Es decir, los genes determinantes de dos o más caracteres se transmiten independientemente unos de otros y se combinan al azar (Fig. 11).

Cruzamiento de dihibridismo

Fig. 11: Cruzamiento de dihibridismo.


Fuente: educarchile











1 comentario:

Anónimo dijo...

NO ES TODO; LE FALTA ALGUNAS COSAS