viernes, 15 de febrero de 2008

Organismo y Ambiente

Efectos ambientales

El desarrollo de la sociedad humana está basado en el consumo de grandes cantidades de energía de distinto tipo.

Esta energía se transfiere en los ecosistemas y permite mantener a todos los seres vivos.

La mayor parte de la energía que usamos procede de los recursos naturales de nuestro planeta, lo que puede originar serios problemas cuando se obtiene de recursos no renovables; es decir, de recursos que una vez agotados no pueden ser regenerados en lo absoluto, o aquellos para los que se requieren lapsos de tiempo de muchísimas generaciones humanas para que se renueven.

La acción del ser humano sobre el ecosistema, con el fin de obtener energía, suele provocar alteraciones en la biodiversidad. Estas alteraciones pueden suceder en la variedad de organismos y ecosistemas en que estos viven, incluyendo el número de especies distintas, la variedad genética dentro de cada una de ellas, y la variedad de interacciones dentro de ecosistemas y entre ellos.

Aunque el crecimiento no destruya inmediatamente un ecosistema, la construcción de carreteras, cercos o viviendas, puede obstruir o interrumpir los esquemas de la vida silvestre, creando así fragmentación ecológica y desequilibrio, que tienen un efecto durante un período de tiempo mayor. A pesar de que el ambiente es capaz de adaptarse a las circunstancias naturales cambiantes, su modificación por el desarrollo humano dificulta la recuperación del ambiente, tomando a menudo décadas, en el mejor de los casos, para recuperar su equilibrio.

Las principales actividades humanas que causan pérdida de la biodiversidad son:

Alteración y destrucción de ecosistemas. Debido a la gran diversidad existente en la selva tropical, este es uno de los ecosistemas más vulnerables a la creciente intervención humana, la cual está dirigida a obtener madera, suelos agrícolas y terrenos habitables.

La deforestación constituye la principal causa de destrucción de las áreas naturales y, junto a la alta vulnerabilidad de las especies, combinada a la rápida pérdida o degradación de sus hábitats, favorece en numerosos casos su proceso de extinción.

Prácticas agrícolas. Ciertas prácticas agrícolas pueden afectar la diversidad cuando se descuida minimizar sus efectos. En primer lugar, la agricultura causa un gran impacto al convertir ecosistemas diversos en tierras de cultivo. Por otro lado, los pesticidas pueden envenenar a muchos organismos además de crear su acción. Finalmente, los monocultivos introducen una uniformidad tan grande en extensas áreas que reducen enormemente la diversidad.

Caza, exterminio y explotación de animales. La caza de ciertos animales considerados como una amenaza para el ganado, ha llevado a ciertas especies hasta su exterminio. La caza indiscriminada también ha tenido los mismos efectos. En la actualidad, el comercio de algunos animales exóticos, la captura de otros con supuestas propiedades curativas (especialmente apreciadas en la farmacopea china) y el turismo masivo, entre otros factores, amenazan a distintas especies.

Introducción de especies nuevas. Ya sea para actuar contra plagas o por causas involuntarias, como el desplazamiento y el transporte de mercancías, el ser humano actúa como un gran introductor de especies nuevas en ecosistemas en los que, hasta entonces, no existían. Esto es especialmente peligroso en lugares como las islas y los lagos antiguos, que suelen ser ricos en especies endémicas, porque son lugares en los que la evolución se ha producido con muy poco intercambio con las zonas vecinas debido a las evidentes dificultades geográficas.

Contaminación de aguas y atmósfera. La contaminación local tiene efectos pequeños en la destrucción de especies, pero las formas de contaminación más generales, como el calentamiento global, pueden tener efectos muy dañinos.

La meta del manejo de la biodiversidad es lograr el equilibrio óptimo entre la conservación de la diversidad natural y el avance sustentable de la vida humana. Por ello, el objetivo de las estrategias es mantener un máximo de biodiversidad, para lo cual es necesario conjugar los beneficios de la conservación de la biodiversidad con los intereses de las personas.

El manejo de la biodiversidad es por ello un esfuerzo abocado a:

  • proteger y utilizar sustentablemente la biodiversidad y los recursos biológicos, asegurando una distribución equitativa y adecuada de los beneficios generados por ella. En lo posible evitar la destrucción, degradación o conversión de hábitats y ecosistemas.
  • desarrollar instituciones (humanas, de infraestructura, financieras) adecuadas para establecer áreas protegidas en las que se mantengan las funciones y procesos de un ecosistema.
Fuente: educarchile

2 comentarios:

Anónimo dijo...

esta re buena la pàg.
muchas gracias me saque un 10 leyendo esto

bye

Anónimo dijo...

hi, new to the site, thanks.